MISIÓN DE UN CORAZÓN QUE SUMA Y SIGUE


Hoy 6 de agosto con invitación en mano, listos para partir al distrito de Santo Tomas, son 6 de la mañana, al compás de los canticos del gorrión y de algunas chicharas que aún existen en la ciudad de Chachapoyas, partimos a esta hermosa campiña en compañía de Jorge Lopez, Geiner Soplin, Mercedes Castañeda y Disney, algunos con ganas de seguir durmiendo, pero de pronto nace la conversación, tertulia agradable, al paso de 50 minutos arribamos a la comunidad del Tingo, ¡ohhhh! sorpresa, un gran incendio en el cerro que aloja a nuestra fortaleza de Kuelap, la pregunta yacía sobre ¿Quién causó el incendio?, habían comentarios que decían: ¡tienen que encontrar responsables!, ¡tienen que sancionarlos!; no quedaba de otra que seguir adelante, teníamos un objetivo y era el encuentro de Misión Compartida, de lo que quedaba para llegar al destino el diálogo persistía y la contemplación de los parajes al margen del rio Utcubamba.
Al llegar a la campiña de Santo Tomás nos esperaban las hermanas: Emilia, Puri, María, Suzana, Magita, Jovita y Evelin, grato encuentro, calurosa acogida a pesar del frío. Iniciamos la jornada de Misión Compartida con la oración, dando gracias a Dios por el bello regalo de encontrarnos con amigos de la comunidad y maestras de la ciudad de Lima; un primer día agradable, iniciamos con una toma de conciencia de volver a SER PROFETAS, de reinventarnos, de reeducarnos, evitar ser cristianos de boca cerrada (¡duro!, pero cierto), al contario, ponerle corazón a todo lo que se hace, idéntico al carisma que irradiaba Madre Isabel, fundadora y maestra de un sentimiento de Caridad del Sagrado Corazón de Jesús.

Al día siguiente de la jornada, se dio la experiencia más agradable de mi vida, pero antes de mencionarlo, otra experiencia grata percibían mis sentidos, el de “ponerle corazón”, “sumar y seguir” a todo lo que se haga, como Madre Isabel hacia en los valores que de ella se transmitía, todo lo que hacía era con AMOR, actuaba con ALEGRÍA, SENCILLEZ, RESPETO y PERDON  todo esto era producto de su gozo sereno, fruto de su convicción que tenia de que Dios la amaba profundamente, otro valor importante es la ORACIÓN, IBA DE LA CONTEMPLACIÓN A LA ACCIÓN; aquí descubro lo agradable de esta experiencia, que un gesto fuerte y sincero como un abrazo es una medicina para el alma, el transmutarnos energía positiva nos reanima, sucede como a una planta que está al borde de secarse, la riegas, ella se vivifica y se convierte en la elegancia de la creación. Amigos de Misión Compartida, es un estilo para animarnos o reanimarnos y seguir con la causa de la fundadora y maestra de un sentimiento de Caridad del Sagrado Corazón de Jesús, como decía ella “GRACIAS POR TODO, POR TODO”.

Nelson Odair.


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